Celinés
Celinés Díaz, nació en la ciudad de Santo Domingo, República Dominicana, y creció en el hermoso valle de Constanza junto a su familia, donde recibió formación en los valores cristianos y la fe católica.
Siempre le ha gustado la música. Desde muy temprana edad sentía una fuerte inclinación por el canto y la composición, y soñaba con llegar a ser «cantante». Eso le llevó a querer arriesgarse y experimentar en la música secular. Lo que nunca imaginó es que Dios tenía otro propósito para ella.
Al terminar sus estudios, decidió dar los primeros pasos para alcanzar su gran sueño, con el apoyo de su familia. Un productor escuchó sus canciones y se interesó en iniciar un proyecto musical con ella. Al poco tiempo, ya estaba firmando un contrato discográfico con la BMG US Latin, en la ciudad de Miami y grabando su primer álbum como cantautora, titulado «Seliné». Esta fue su primera señal de que nada es imposible cuando se tiene fe.
Sin embargo, a pesar de haber dado ese gran paso, que representaba el «éxito» a los ojos del mundo, comenzó a darse cuenta de que aquello no le llenaba:
«Tenía todo lo que necesitaba, pero sentía un gran vacío interior. Algo faltaba en mi vida y no sabía dónde encontrarlo. En medio de esa búsqueda, atravesé momentos de soledad, frustración y tristeza. Pero Dios me miraba, y tenía un propósito mayor y mejor de lo que yo imaginaba».
Varios años después, se había alejado de la Iglesia; pero recibió una invitación a un retiro de evangelización de la comunidad Nueva Alianza de Amor, de la Parroquia El Buen Pastor. Allí, el 4 de junio del año 2006, Solemnidad de Pentecostés, tuvo un encuentro personal con Jesús y su Espíritu Santo, que cambió su vida y sus planes por completo. Por primera vez pudo experimentar el abrazo de amor de Dios Padre, y a partir de ese momento nada ha vuelto a ser igual.
«Ese día inició mi conversión. Tuve un renacer en la fe. Sentí un nuevo amor por el Señor y por mi Iglesia y recibí el llamado a proclamar el mensaje del amor y la misericordia de Dios para todos. Dios llenó mi vacío. Sanó mis heridas. Me llenó de su amor y me regaló su voz para proclamar, a través de un canto nuevo, que ¡Jesús está vivo! y que ¡Dios es fiel!».
Comprendió que la música podía ser un gran instrumento para llevar el mensaje de Dios a muchos corazones. Y fue así como le ofreció su voz y, poco a poco, él le fue inspirando canciones.
«Actualmente no soy una cantante famosa, sino una «feliz misionera católica» a tiempo completo. Tengo la hermosa misión de amar, adorar a Dios, servir a la Iglesia y llevar el Evangelio por el mundo, a través de la música. He sido testigo de liberaciones, conversiones y sanación interior, mientras adoramos a Jesús con la música, pues el corazón se abre más fácilmente y la persona se dispone a su voluntad en ese momento».
Hace cinco años, Dios le permitió grabar un álbum de alabanzas llamado «Canto para ti», el cual ha sido de mucha bendición para su pueblo. Ahora nos presenta su segunda producción, «Dios es fiel», en donde, con música y también con letras basadas en la Palabra de Dios, da testimonio de su amor infinito y permite que sea él mismo quien hable a su pueblo a través de cada canción.
«Cuando Dios te llama, no te pide que cambies lo que haces, sino la forma como lo haces. Él respeta tus gustos y talentos, y se vale de ellos para llegar a los demás. ¡Anímate tú también!».
«Señor, siempre diré en mi canto que tú eres bondadoso; constantemente contaré que tú eres fiel» (Salmo 89, 1).