Como en el Padrenuestro
San Cirilo de Jerusalén comienza con su primera catequesis “PREPARACIÓN AL BAUTISMO”. He querido destacar de ésta el último punto sobre el Padrenuestro, el resto de los puntos los dejo a vuestra lectura y oración.
Durante todos los textos de San Cirilo tenemos que tener en cuenta que se está dirigiendo a personas adultas que quieren recibir la Iniciación Cristiana y que ya han pasado la primera criba en la que sólo han quedado aquellos catecúmenos que han demostrado que de verdad han tenido una conversión y están en las catequesis de forma sincera.
En este texto san Cirilo está pidiendo a sus catecúmenos la misma actitud que Jesús nos pide a todos los cristianos.
En primer lugar el perdón de los pecados. Nosotros pedimos en el Padrenuestro “… perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden …”. ¿Lo hacemos de forma mecánica o realmente pensamos lo que estamos pidiendo?
– Perdona nuestras ofensas: al pedir perdón nos estamos reconociéndonos pecadores, pues de lo contrario no tendríamos necesidad de pedir perdón. Estamos perdiendo perdón por nosotros y por la comunidad cristiana, no hay que olvidar que todos los cristianos somos corresponsables unos de otros, ser cristianos es ser Iglesia, Cuerpo de Cristo, no somos cristianos individualmente. Estamos reconociendo que no sólo hemos pecado ofendiendo a Dios sino que también hemos respondido insuficiente o nada a lo que hemos recibido de Dios.
– Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden: de lo que se trata es de ser misericordiosos “como vuestro Padre celestial es misericordioso”. Para ser misericordiosos hay que experimentar la misericordia, porque sólo quien se siente amado puede perdonar.
En segundo lugar, ser cristiano es vivir en comunidad. Los primeros cristianos entendieron que su nueva vida fue el ser llamados a vivir en comunidad para transmitir el Evangelio, donde el Espíritu Santo estaba presente encarnándose en sus nuevas formas organizativas de comunidad. Tal era la unidad que los paganos se decían: mira cómo se aman. Y esto es lo que hizo posible conquistar el imperio romano, en medio de las persecuciones y muertes. No se puede ser cristiano y no creer en la Iglesia, ya que la Iglesia es el Cuerpo de Cristo y por tanto Cristo, y ser cristiano es amar a Cristo y Cristo es su Iglesia. ¿Que en la Iglesia hay gente mala, que no merecen mi amor? Seguro, pero Jesús nos pidió que también amaramos al enemigo, que si sólo amamos a los amigos no nos diferenciamos de los paganos.
Leer la Palabra de Dios, rezar con ella. Ser cristiano significa ser seguidor de Cristo. Por lo tanto, seguir lo que la Biblia enseña acerca de Dios, el hombre, la salvación y nuestro Señor Jesucristo. La lectura de la Biblia nos hace más sabios, nos ayuda a vencer las tentaciones que enfrentamos todos los días, nos trae paz ,nos ayuda a estar conscientes de nuestra relación con Dios, nos hace entender la vida de Jesús, nos habla de fe. Leer la Palabra de Dios transforma nuestra vida porque nos da una nueva perspectiva de cómo vivirla.