Lucas 12, 13-21 – Evangelio comentado por los Padres de la Iglesia
13 Entonces le dijo uno de la gente: «Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia». 14 Él le dijo: «Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro […]
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¿La confesión ha sido inventada por la Iglesia?
¿Cómo puedo responder a los que me dicen que la confesión ha sido inventada por la Iglesia y por los curas? I. El sacramento de la penitencia fue instituido por […]
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¿Qué misión tiene el Ángel de la Guarda sobre cada hombre?
Cuando uno muere y su alma esta en el purgatorio ¿allí también lo acompaña su ángel de la guarda o éste sólo está presente mientras está vivo? ¿Qué opinión tiene […]
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Lucas 19,41-44 – Evangelio comentado por los Padres de la Iglesia
41 Al acercarse y ver la ciudad, lloró sobre ella, 42 mientras decía: «¡Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos. 43 Pues […]
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La silenciosa presencia de Dios
Cuando aparecen los problemas, los sufrimientos y las miserias, los hombres se acuerdan de Dios, empiezan a ensalzarlo y suspiran por Él. Hay muchos que trabajan desde el amanecer hasta […]
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Acuérdate de Dios, para que Él se acuerde siempre de ti
No te olvides de Él, dispersándote en banalidades, para que tampoco Él te olvide cuando tengas que afrontar tus luchas. Acuérdate de Dios, para que Él se acuerde siempre de […]
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Cuando Cristo pasa
San Agustín, Sermo 88, 12-13, 17 sobre la curación de los ciegos de Jericó (Mateo 20, 29-34). “Cuando salían de Jericó le seguía una gran multitud. Y he aquí que […]
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A propósito de la oración
La oración es la cima de la felicidad y el agradecimiento; es también defensa contra la tristeza y la desesperanza. La oración es el retoño de la mansedumbre y la […]
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¿Cómo quieres que Dios te escuche, cuando ni siquiera tú te escuchas a ti mismo?
Y esto es lo que le sucede al que ora con su boca, pero no con su mente. No se escucha a sí mismo y se permite distraer su mente […]
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¡Abrázame a mí también, Señor!
Ora de esta forma: “¡Señor, Dios, Padre Omnisciente, abrázame a mí también con Tu paternal y eterna bondad! ¡Señor, Dios, Hijo Redentor, rocíame a mí también con Tu divina Sangre! […]