Son by Four
En el año 1996, surge como una iniciativa de los hermanos Carlos y Jorge Montes y su primo Pedro Quiles lo que después de la llegada de Ángel López se convertiría en el grupo Son by Four.
En su segundo álbum, alcanzaron el éxito internacional cuando la canción “A Puro Dolor ” se coloca en el primer lugar de las listas de popularidad en el mundo hispano, mientras su versión en inglés recorre Europa, especialmente España, Holanda, Suiza, Alemania y llegando a través de las ondas radiales a lugares tan distantes como Tailandia, Singapur y Japón. Pero con el éxito y fama del mundo, llegaron también los problemas.
Todos nuestros sueños se hicieron realidad, pero en vez de felicidad, gozo y satisfacción, tantos premios y galardones habían traído consigo envidias, celos, avaricia y soberbia; terminando todo con una disputa en los tribunales por los derechos de la marca Son by four y la salida de Ángel López del grupo.
La Gloria del mundo no pudo llenar el vacío de nuestras vidas.
Mientras luchábamos en vano por recobrar lo perdido, nos dimos cuenta poco a poco que no luchábamos contra fuerzas humanas. El Rey del Universo había puesto su mirada en tres muchachos del campo, inexpertos e indignos. Él tenía un plan mucho más importante para nosotros.
Jesús hace su entrada triunfal en nuestras vidas, pero con Él trae también su muerte; muerte a la vanidad, al reconocimiento, a la vanagloria y a la fama que da el mundo, pero más importante aún, trae su resurrección a nuestras vidas.
Aquella promesa, aquél Bautismo que una vez nos hizo parte del Pueblo de Dios, había reclamado lo que le pertenecía a Cristo desde antes de la Creación.
Hoy, Son by four pertenece sólo a Cristo y a su Iglesia y desde su parroquia en Ciales, Puerto Rico somos enviados al mundo con un testimonio sencillo, sin armaduras, pero con aquella Piedra que sigue derribando gigantes: Jesucristo nuestro Señor.
Recuerden que uno es el Bautismo, uno es el Cuerpo y uno sólo el Pan de Vida. Reciban la gracia y la paz que vienen de nuestro Padre, nuestro Señor Jesucristo y del Espíritu que nos santifica por siempre, Amén.